Igual no es lo
mismo. Igual es equivalente; lo mismo es idéntico.
Dos más dos es
igual a cuatro; pero dos más dos no es lo mismo que cuatro. La suma de dos
cifras (de la misma cifra) no es lo
mismo que una cifra suelta, aunque tengan igual valor.
En cambio, 01 y
10 son los mismos dígitos, pero no son iguales. Los primeros son la unidad
acompañada de un cero a la izquierda; los otros juntos son el símbolo
convencional de la perfección.
No es lo mismo un
gol de taco (después de veinte pases consecutivos, dos caños, tres paredes, un
sombrero, diez toques de primera y cinco gambetas de antología) que un gol
lastimero, empujado a la red con la rodilla después de cinco rebotes confusos y
aparatosos. Pero los goles valen todos igual.
El sol es el
mismo desde hace cientos de miles de años; y sin embargo, no es igual sentirlo
filtrándose entre las nubes en una fría mañana de invierno, que abrasándote en
una tórrida tarde en el desierto.
Las mujeres son
todas iguales, pero no todas son lo mismo. Hay unas que nos morimos por
conocer, y otras que preferiríamos no haber conocido.
Por eso creeme si
te digo que me da todo igual, aunque no todo me da lo mismo.