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15 de diciembre de 2010

Apocalipsis

Alcé mi vista a las estrellas. Su luz antigua era lo único que quedaba de aquel mundo que yo había conocido.

De largo


Anónimo, originalmente cargada por Lewenhaupt.
Mira en el teléfono pero no hay cobertura. Debería, pero no hay.
Maldice por lo bajo, revolea los ojos, resopla, hincha las alas de la nariz e inspira aire.
Tiene que mandar ese mensaje, o llamar. Es importante, cree. Además, ellos le tienen que decir en qué estación bajarse o se va a seguir de largo.
Se va a seguir de largo.
Recuerda las veces que se pasó de estación. En la línea A, o en algunas de la D, por ejemplo, tuvo que volver a pagar el cospel. El viejo cospel de subte. Ahora ya no hay cospeles. Y las líneas son más largas.
Antes no. Antes, cuando viajaba todos los días al colegio. Al volver cansado, en esa noche eterna del subterráneo, veía su reflejo y el de los otros en el vidrio oscuro bajo la luz artificial, como de morgue, convertidos en rostros abatidos, sonámbulos, demacrados. Y se imaginaba que el tren no iba a parar, que iba a seguir de largo hacia esa última estación que no figuraba en ningún plano. El tren de los muertos. Un cargamento de almas hacia su última parada.
Lo obsesionaba la idea: un día cualquiera, el túnel se haría más largo que nunca, el aire más cálido y espeso, los minutos interminables. Entonces llegarían a un apeadero antiguo, de aspecto abandonado, con azulejos resquebrajados y humedad en los techos. Una iluminación tenue y amarillenta les daría la bienvenida. No tendrían más remedio que bajar y caminar hacia la única salida, un pasillo descendente con curvas y contracurvas y escaleras y grietas. Al final del pasillo…
Vuelve la cobertura. Se apresura a teclear con el pulgar, leyendo con atención en la pantallita iluminada donde se multiplican las abreviaturas, las faltas de ortografía y los códigos de símbolos. Le va a dar “enviar”, pero la cobertura se pierde otra vez.
Se resigna. Al final, se va a seguir de largo.

Coherente

“A los asesinos habría que matarlos a todos”, me dijo. Y se suicidó.

Creyente

–Hola, ¿cree usted en Dios?
–No.
–¿Y en dioses?
–Tampoco.
–¿En la suerte o el destino?
–No.
–¿En la ciencia?
–¿Y eso qué es?
–¿Cree en algo?
–Creo que no.

12 de diciembre de 2010

Formas autodefinidas


Mirando al pasar un mapa, descubrí que las Islas Malvinas (o las Falkland, para los gringos) tienen forma de nube. ¿Forma de nube? Sí, forma de nube. Como esas nubes hechas de jirones, que construyen arremolinadas figuras de barcos fantasmas con sus grises velas desgarradas, de arcángeles en plena batalla con sus cabellos blancos al viento o de, por qué no, la silueta irregular y accidentada de las Islas Malvinas.

6 de diciembre de 2010

Chistonto infinito


Solo apto para matemáticos y para aquellos que hayan prestado atención durante las clases de le escuela primaria.