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13 de marzo de 2013

Lógica-mente


Al terminar una clase de Lógica en la facultad de Bellas Artes, una alumna se acercó a Vladimiro Marrón (confundiéndolo con un ayudante de cátedra) y le preguntó:
‒¿Podría decirme cuál es el razonamiento inductivo?
‒La inducción consiste en afirmar que si anteayer no me morí, ayer tampoco me morí y hoy no me he muerto, se puede inferir que mañana no me moriré ‒ejemplificó Marrón.
‒Pero… ¿y si se muere? Tarde o temprano tendrá que pasar, ¿no? ‒dijo la alumna, contrariada.
‒No. Uno es inmortal hasta que se demuestre lo contrario.

Viendo que Marrón estaba respondiendo dudas, otro alumno se acercó y preguntó:
‒¿Es verdad que la abducción es un tipo de razonamiento probabilístico?
‒Efectivamente: si tenemos en cuenta la cantidad de estrellas que hay en el Universo, de las cuales muchas podrían ser como el Sol y albergar sistemas planetarios como el nuestro, con un planeta parecido a la Tierra donde podría surgir la vida inteligente, existe una probabilidad de que usted sea abducido por un platillo volador.

Cuando Marrón se disponía a doblar la esquina de un pasillo, un tercer estudiante lo detuvo y le espetó:
‒¿Qué es la deducción?
‒La deducción es el razonamiento por el cual uno afirma que todos los hombres tienen el pelo verde, que Yul Brynner es un hombre y que, por lo tanto, Yul Brynner tiene el pelo verde ‒respondió Marrón.
‒¿Pero Yul Brynner no era calvo? ‒se extrañó el alumno.
‒Lógicamente ‒concluyó el filósofo‒, si yo tuviera el pelo verde también preferiría quedarme pelado.

Soco Urtizberea: El señor tiene caminos misteriosos y la señora, ni te cuento (1982)

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