A partir de entonces fui un hombre muy buscado (el que más). Cuando conseguían cercarme, me abría paso a fuerza de cuchillos, navajas, cortaplumas, picahielos, abrecartas, katanas, sables, serruchos, sierras, limas, tijeras, trinchetas y demás elementos cortantes. Segaba, trinchaba, serraba, rompía, partía, cortaba, desmenuzaba, destripaba, degollaba, descosía... Adquirí modales letales, movimientos certeros, temerarios. Aprendí a estudiar los escenarios, a elegir ubicaciones, a esperar, a sorprender, a pensar en todas las posibilidades, a matar como quien se viste, o come, o anda en bicicleta.
2 comentarios:
... dios mio ...
ajajai
Publicar un comentario